A cabamos en Sant Antoni de Calonge por casualidad, después de recorrer algo de mundo y hacer un poco el caracol, por lo de ir con la casa a cuestas.
Cuando decidimos instalarnos de forma permanente, sólo teníamos una cosa clara: queríamos vivir en el Empordà. Y después de dar un par de tumbos, encontramos esta casa: amplia, tranquila, agradable y con carácter… Ahora tenemos otra cosa clara: nos quedamos en Sant Antoni.
Nos ha enamorado, y ahora queremos compartirlo con vosotros en Marakasa.